martes, 3 de mayo de 2011

EL VIAJE (1)



Todos los días cogía el Metro a la misma hora, siempre en el segundo vagón. E invariablemente, todos los días veía las mismas caras. La señora del pelo blanco apretaba en su regazo el inmenso bolso color chocolate, que aparentaba tener más años que ella. Las dos mujeres con acento de algún país del Este, charlaban animadamente en su incomprensible lenguaje. El hombre del traje gris pulsaba de manera reiterada los botones de su iPod último modelo, sin decidirse a escuchar entera ninguna de las canciones que tenía grabadas en él. Y así uno tras otro, los viajeros de todos los días emprendían el camino hacia sus lugares de destino al empezar la mañana, en el segundo vagón.

10 comentarios:

  1. Hummmmm, me encantaría saber qué tienes en tu cabecita y cómo vas a continuar esta historia...

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  2. Es un relato cortito, Yoli. Espero que cuando lo acabe, te guste :D

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  3. Real como la vida misma. Esa escena me suena, pero a mí se me repite a la hora del desayuno. Esta mañana se lo comentaba a mi marido. Mismas persona, mismas horas.
    A ver qué tienes pensado.

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  4. A LA ESPERA DE LA CONTINUACIÓN...UN BESO.

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  5. Este relato es una experiencia real? No sé si será o no romántico, pero yo ya estoy esperando que aparezca un tío buenorro por ahí, jajaja.

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  6. No, Mar. No es una experiencia real. Aunque sí que es cierto que me vino la inspiración divina el otro día, en una de las escasas ocasiones que soy capaz de viajar en transporte público. Y lo del tio buenorro... no sé, no sé... jejeje

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  7. juer, estupendo mi niña... me he encontrado de golpe viajando en el metro... ha sido increíble!

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  8. Cielo, ya estamos esperando la siguiente entrega... habrá o no buenorro?, que tqm guapa!!!!

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  9. Muy buena pinta, sí señora. Ahora voy a por la segunda parte y te digo más...

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